sábado, 3 de diciembre de 2011

La Pandera.

Pandera. Así es como, desde  siempre, se ha venido llamando a la pandereta en este rincón de la Cordillera Cantábrica. No es el único lugar, porque pandera, o pandeira, es como en el valle de Ancares, en el extremo occidental de León, se llama a un tipo de pandereta muy similar a las de Casares, con una característica común: su gran diámetro. Este tipo de panderetas "gigantes" aparecen en un sinfín de lugares de León, Asturias y pueblos de Lugo que limitan con las dos anteriores. Es, sin duda, el instrumento rey de muchas comarcas del N.O.

La técnica, en un instrumento conocido en tantos lugares, es muy variada: a dos manos, como los panderos cuadrados, con la mano vuelta, a una mano con nudillos, con la mano extendida o arrastrando (triscado, como llaman nuestros amigos gallegos). Todas ellas sosteniéndola con la mano izquierda (los diestros). En Casares vemos el toque a dos manos para "lo llano" (l.lano) y la boda. El toque a una mano con triscado es el más común, se usa para la jota, el agarrao, las vueltas... y para los titos, con una fórmula difícil de imitar (a una mano, queriendo triscar, pero sin triscar). También, en ocasiones, para los bailes modernos agarrados (pasodobles, rumba, vueltas...) se sostiene la pandera con la mano derecha y se bambolea sobre la muñeca de la mano izquierda.

En definitiva, una riqueza extraordinaria para un tipo de instrumento no valorado en su justa medida, a pesar de los avances realizados desde los años ochenta y de la moda, afortunadamente cada vez mayor, de recuperar e incluir en las nuevas corrientes las antañonas percusiones tradicionales. Poco a poco, muchos músicos actuales están redescubriendo algo que nuestros abuelos sabían desde siempre: que de algo tan sencillo como una "pandera" se puede sacar mucho jugo.

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